viernes, 19 de mayo de 2023

GAFAM, Privacidad, Salud.


En una publicación hablamos del algoritmo y con aprende de los datos que brindamos con nuestras acciones en los teléfonos inteligentes, tablets, computadoras.

Las publicaciones, comentarios, etiquetados y otras acciones que las demás personas hacen sobre nosotros también dejan rastros y forman parte de nuestra reputación digital, como así también cuando pedimos turnos médicos.

Se suman a nuestra huella y —nos guste o no, sean reales o falsos— dan forma a un perfil o identidad digital que nos identifica en internet. 

GAFAM es un acrónimo que designa a Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft, las cinco megaempresas más grandes del mundo —también conocidas en inglés como Big Tech— que recolectan toda nuestra información en gigantescas y masivas bases de datos. 

No son las únicas corporaciones que toman nuestros datos, pero sí las más poderosas.

 A esta altura, uno puede preguntarse a quién le importan nuestros datos. 
Nuestros datos importan porque sirven para hacer predicciones sobre nosotros mismos. 

En manos de GAFAM y de cualquier otra corporación, o incluso Estados, nuestra información se utiliza para predecir comportamientos y finalmente moldearlos. 

Y quieren que los ciudadanos «clientes» las usemos el mayor tiempo posible, porque así generamos datos que los hacen ganar dinero. Mientras más generamos, más valioso es su banco de datos.

Por ejemplo vemos una serie de Netflix un capítulo al día, entonces mandan a los escritores a que lo mejoren y ocurran más cosas y rápido, así ya vemos 3 capitulos o una temporada entera en un día y esto aumenta la dopamina en nuestro cerebro lo que nos hace mirar más y más series similares.

Sabemos que, al aumentar la presencia de dopamina en el cerebro, se produce un aumento de los sentimientos placenteros. 

Con el tiempo esto va va volviendo en contra de nuestra salud mental y física.

Por ende debemos controlará el tiempo de uso en pantallas.
También cuidar el contenido que miramos, el que miran los niños y lo que compartimos por redes sociales ya que no existe la privacidad.

No tenemos intimidad, es muy fácil acceder a todos los datos de una persona mediante sus redes sociales sabemos que le gusta y dónde se traslada día a día.


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