Concepción
El mecanismo
por el que ocurre la concepción es el siguiente: Al final de la relación sexual, el semen del
hombre es expulsado y queda en la vagina de la mujer.
Dicho semen contiene millones de espermatozoides, los cuales nadan y se introducen a la matriz de la mujer a través del conducto (cuello o cérvix).
Viajan hasta el fondo de la matriz y luego pasan a las trompas de Falopio.
Dependiendo del periodo del ciclo sexual de la mujer, uno o más óvulos pueden haber descendido por las Trompas de Falopio.
Si los espermatozoides se topan con el óvulo, cerca del extremo de dicha trompa, uno de ellos puede penetrar en él. Cuando esto ocurre, se dice que el óvulo ha sido fecundado, y este es el momento de la concepción. El óvulo fecundado viaja entonces hacia el útero.
Una vez que el ovulo fecundado llega al útero, se alojará en la pared uterina para crecer y desarrollarse
Embarazo
El
embarazo es el proceso de desarrollo del óvulo fecundado, que se localiza en
los genitales femeninos. Se inicia con la concepción o fecundación y termina
con el parto.
Cambios fisiológicos en el embarazo
Durante la gestación se producen
diversos y profundos cambios (anatómicos, fisiológicos y bioquímicos) de tipo
adaptativo en el organismo de la embarazada, los que están orientados a permitir el desarrollo fetal y preparar a
la mujer gestante para afrontar el proceso de parto y posterior lactancia.
Algunos cambios que suceden son:
Cambios
genitales: Aumenta la
vascularización vaginal y vulvar. El útero aumenta su peso y capacidad (de 70
gr. a 1100 gr.), aumenta la vascularización y el flujo sanguíneo, el que
resulta imprescindible para poder ofrecer el necesario soporte sanguíneo al
feto.
Cambios
mamarios: Aumenta el
tamaño y el peso de las mamas, debido a que se preparan para alimentar al niño
por nacer. Aumenta la pigmentación de las areolas y los pezones se tornan
prominentes.
Cambios
cardio-circulatorios: Aumenta
el tamaño del corazón, así como la cantidad de sangre que fluye por el cuerpo.
Otros
cambios: También se
producen otros cambios a raíz del embarazo, a nivel respiratorio, digestivo,
endocrino, urinario, hormonal, etc.
Durante el embarazo aumentan las
necesidades de todos los nutrientes, por lo que es fundamental que la mujer
embarazada se alimente variando los alimentos, cobran importancias el adecuado
consumo de carnes, vegetales y frutas, principalmente.
Funciones de la placenta
La placenta es un órgano sumamente
importante durante el embarazo ya que a través de ella, llega al feto todos los nutrientes necesarios
para su adecuado desarrollo, también elimina los desechos y le provee el
oxigeno necesario.
El intercambio de sustancias entre el
feto y la madre es imprescindible para el normal desarrollo del embarazo, y se
realiza a través de la barrera planetaria que separando la sangre materna y
fetal, regula la transferencia de sustancias.
Cuidados básicos de la
mujer embarazada
Alimentación:
la alimentación debe ser variada e incluir alimentos de todos los grupos, es
muy importante consumir
Carnes:
Por su contenido de hierro, el cual es mejor aprovechable por el organismo, que
el hierro proveniente de vegetales y legumbres, una de las funciones
principales del hierro es formar parte de las células que transportan oxigeno
(glóbulos rojos). Cuando el aporte de hierro no es suficiente, la embarazada
puede padecer anemia.
Por otro
lado la carne aporta proteínas, las cuales cumplen una importante función en
cuanto a la formación de tejidos, el mantenimiento adecuado de la función
celular, etc.
Verduras
y frutas: Aportan Vitaminas y minerales fundamentales para mantener la salud de
la madre y del niño y además poseen fibra, la cual previene el estreñimiento y
mejora el funcionamiento del sistema digestivo. Se deben incorporar de todos
los colores.
Cereales:
Aportan la energía necesaria para afrontar el día a día y el crecimiento normal
del niño por nacer. De todos los alimento consumidos en el día, los cereales
Controles
obstétricos:
Mediante
los controles obstétricos, se monitorea trimestre a trimestre, el desarrollo y
crecimiento adecuado del niño y se vigila la salud materna, además a través de
ellos se pueden detectar de forma temprana posibles alteraciones o
complicaciones, permitiendo intervenciones médicas tempranamente para minimizar
los riesgos de muerte.
Desarrollo embrionario
Primer Trimestre (semana 1 a 13)
Se considera la tercera semana de embarazo como la primera efectiva, ya que en las dos primeras semanas se produce la ovulacion y desprendimiento del óvulo que será fecundado. Esta fecundación tiene lugar ya en la tercera semana: el óvulo y el espermatozoide se unen formando el cigoto mientras bajan a través de una de las trompas de Falopio.
El cigoto continúa dividiéndose formando las nuevas células, a las que pronto les aparecerá un recubrimiento, denominando a todo el conjunto como blastocisto. La división de células continúa ocurriendo mientras tanto, hasta que en un cierto punto del desarrollo este blastocito se transforma en embrión.
En la cuarta semana,
el embrión, que ya mide cerca de cinco milímetros, se introduce en la pared
uterina y comienza a nutrirse a través de esta. En la quinta semana ya comienza a
desarrollar los principales sistemas del embrión como el cerebro, la médula
espinal, el corazón o el tracto gastrointestinal.
Las células comienzan a adquirir funciones específicas durante esta semana, y entre las que se desarrollan se pueden encontrar las células sanguíneas, las del riñón y las neuronas. Esta quinta semana es una de las que cuenta con mayores riesgos para el correcto desarrollo del bebé, porque hay un riesgo mayor de que se puedan producir anomalías genéticas por la ingesta de medicamentos, alcohol, drogas o por infecciones como la rubéola.
Durante la sexta y
séptima semana se continúan desarrollando rasgos que permiten
identificar partes del embrión como los ojos, los oídos o el corazón, así como
las manos y los pies durante la octava
semana. El cerebro del embrión también continúa su desarrollo y se forma
el tejido de los distintos huesos. En la novena semana también se pueden empezar a ver los brazos, los
codos, y comienzan a crecer sus órganos esenciales.
A partir de la décima semana ya no se considera embrión, sino feto. El feto ya mide cerca de 7 centímetros. Durante esta semana también se comienzan a ver los párpados, las orejas y la cara, y la placenta comienza a nutrir al feto a través del cordón umbilical.
Segundo trimestre (semana 14 a 28)
Al
principio de este trimestre lo más apreciable del feto es su cabeza, que ocupa
cerca de la mitad de su tamaño total. Se continúan desarrollando durante estas
semanas aspectos como las uñas o los genitales, y la cara ya está formada. Los
párpados cierran los ojos del bebé, y hasta la 28 semana permanecerán así.
El
feto empieza a hacer sus primeros movimientos entre las semanas 15 y 18. A estas alturas, el
feto ya tiene una medida cercana a los 18 centímetros y pesa cerca de 200
gramos. Los huesos se vuelven más duros y comienza a aparecer el primer pelo,
denominado lanugo. Entre las semanas
19 y 21 el bebé comienza a oír, y además se mueve de forma más
activa, de modo que la madre puede llegar a sentir sus movimientos.
En
la semana 22 el lanugo
ya se ha extendido a todo el cuerpo del feto, apareciendo también las cejas y
las pestañas. El bebé también hace su primera deposición, llamada meconio la
cual expulsa por el tracto intestinal. El movimiento también sigue siendo
activo, desarrollando ahora los músculos y pudiendo escuchar los latidos
de su corazón.
Al
final de esta etapa, se desarrollan las vías respiratorias del bebé y la médula
ósea comienza a producir células sanguíneas. El feto también comienza a
almacenar grasa.
Tercer trimestre (semana 29 a 40)
El bebé comienza a terminar de
desarrollar diferentes partes de su cuerpo: todo lo relacionado con los ojos y
las huellas de los pies ya son bien perceptibles. Los pulmones también alcanzan
un alto grado de funcionamiento, aunque no el necesario para sobrevivir fuera
del utero. El feto
además es capaz de oír ruidos fuertes del exterior.
Entre las semanas 27 y 30 el bebé vuelve a abrir los párpados, y el
sistema nervioso se desarrolla mucho, sobre todo en el cerebro y para las
órdenes de diferentes funciones del cuerpo. El tamaño del feto para la semana
28 ya ocupa la mayor parte del útero, y se suele posicionar de forma invertida,
de forma que tenga más facilidad para mover las rodillas y los pies.
A partir de la semana 31 el bebé comienza a
retener hierro y calcio y
fósforo en su organismo, lo que impulsa aún más el desarrollo del cuerpo. Los
huesos ya están completamente formados, aunque aún blandos. El sistema
respiratorio también continúa su desarrollo, pero los pulmones aún no son lo
suficientemente maduros.
Para la semana 35 el bebé ya pesa cerca de 2,5 kilos, y su corazón y
vasos sanguíneos ya se han formado por completo, como también lo están los
músculos y los huesos. El bebé además adquiere patrones de sueño.
En las últimas semanas, entre la 38 y la 40, desaparece el lanugo excepto de hombros y
brazos, siendo el cabello desarrollado en la cabeza además más grueso y
resistente.
A partir de la semana 40 se considera que el embrión está desarrollado por completo y listo para nacer, variando la fecha en que ocurre.
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