Sus hermosas imágenes nos ayudan a identificar como nos sentimos, cómo cambia la cara y el cuerpo de acuerdo a cada emoción.
Los niños aman al Mounstro y resulta maravilloso para ayudar a poner nombre a lo que sienten.
Cuando el Mounstro siente alegría se nota en su cara que crea una sonrrisa y se vuelve color amarillo en su totalidad.
Cuando se siente triste se vuelve color azul, cierra los ojos, caen lágrimas y su boca va para abajo.
Cuando el Mounstro se siente cakamdo se vuelve más relajado y de color verde.
Cuando se enoja se queda de color rojo, su frente se arruga y unen las cejas, su boca se deforma y sus manos se mueven mucho o las aprieta formando un puño.
Cuando se siente enamorado se queda de color rosado y muy relajado.
Pero al sentir miedo queda gris oscuro o negro, se esconde en un rincón o aprieta fuerte sus piernas con sus brazos sentado en el piso
Lo podemos imitar y jugar a que pasamos por distintas emociones. Buscamos identificar como se siente nuestro cuerpo, lo que pensamos y sentimos.
También podemos trabajarlo frente al espejo, ver nuestras caras, el cuerpo como cambia con cada emoción.
Ponerle nombre a lo que nos pasa, identificarlo y buscar la razón de ello es parte del autoconocimiento que se debe enseñar desde la primera infancia, es esencial para el desarrollo humano exitoso y Feliz.
¿Y vos como trabajarlas las emociones con tus peques?.
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